La Niña: ¿qué impacto
tendría sobre la agricultura?
La Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, el Estudio
Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) y el Ministerio de Agricultura (Minagri)
ya han adelantado que es probable el arribo del fenómeno de La Niña en los
próximos meses de este año. Para el Minagri, La Niña llegaría entre setiembre y
octubre.
El fenómeno de La Niña,
a diferencia de El Niño, es una onda de agua fría que genera temperaturas
bajas, especialmente en las zonas altoandinas. ¿Qué efectos podría tener sobre
la agricultura nacional?
SIN PELIGRO PARA LA
COSTA
La reducción en dos
grados centígrados de la temperatura del agua “no va a afectar a los cultivos
de la costa”, indica Ángel Manero, consultor de Agronegocios. “Ahora la costa
tiene menos desiertos, tiene más vegetación y más población. Estas condiciones
hacen a los cultivos más resistentes a las variaciones en el agua del mar”,
sostiene.
Los cultivos sin afectar
incluyen a los espárragos, la palta, los cítricos, los mangos, las uvas y los
ajíes. Incluso, “un ligero descenso en la temperatura favorece la floración en
estos casos”, sostiene Manero. Jorge Alvarado, gerente de riesgos de Agrobanco,
coincide: “Los cultivos que no van a tener problemas son la palta, la vid, los
manzanos, la quinua costera, y los espárragos. Su sembranza se puede aclimatar
al frío, si es que éste llega”, señala.
Los cultivos que sí
podrían verse afectados son el maíz, la caña de azúcar, el limón, el banano y
la papa costera, según Alvarado. Sin embargo, el gerente indica que ya se han
establecido mecanismos de mitigación. “Según la intensidad de La Niña vemos
cómo afecta el periodo de la cosecha y se incluye en los plazos”. Los
mecanismos de mitigación pueden ser estimulantes hormonales. “Por ejemplo, la
uva se puede colorear mucho más y deja de ser atractivo para el mercado, pero
con tratamientos puedes retener esto y extraer un buen producto”, explica.
Alvarado sostiene que La Niña podría significar un mayor gasto, pero que dadas
las condiciones de rentabilidad de las exportaciones, el mayor gasto se toma
dentro del costo.
Incluso, la fruta de
mesa podría verse beneficiada porque la reducción en la temperatura
significaría una menor presencia de enfermedades. “La baja temperatura
significa una menor humedad ambiental en la costa, por lo que se podría reducir
el oídio, que ocurre en la uva de mesa”, sostiene Carlos Gana, subgerente de
estudios de Anasac, una agroindustrial chilena.
MÁS FRIO Y MENOS LLUVIA
La Niña sí generaría
condiciones adversas al agro en la sierra, de acuerdo a los especialistas consultados,
y al mismo ministro de Agricultura, Juan Benites. “En la costa nos tocará un
invierno como el que no tenemos hace algunos años, lo cual no vendrá mal, pero
nos complica en la parte alta [andina] porque generará nevadas extremas y
granizada”, expresó Benites al abordar los impactos de este fenómeno climático.
Aparte de la reducción
en la temperatura, “La Niña también generará menos lluvias en la sierra y
podría impactar a la quinua y el trigo”, señala Manero. Sin embargo, el
consultor remarca que las previsiones que se tendrían que tomar frente a La
Niña ya se tienen que tomar de manera permanente. “Se está volviendo cada vez
más inviable hacer agricultura sólo con lluvias. El agua tiene que estar
segura”, sostiene.
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