Es todo un honor para nuestra provincia cañetana, tener las constantes visitas
del ministro del interior, situación que era difícil de contar en épocas
anteriores.
Ahora, tratándose de Daniel Urresti, dueño y señor de la cartera del interior,
que acabo el 2014 con 48 % de aprobación en su gestión según las encuestas,
¿será positivo?, ¿será estratégico?, ¿será parte de los planes de seguridad
ciudadana?, o será el simple populismo político del “Matón de Humala”, como así
lo ha denominado Álvaro Vargas Llosa.
En Cañete, una de las provincias limeñas, que se ha caracterizado por la
calidad de su gente y el acogimiento que esta les brinda a los visitantes,
ciudad que era reconocida por su pasividad, y que desde hace media década viene
cambiando alteradamente su imagen, gracias a sus irresponsables autoridades, a
sus aislados pero graves crímenes, a su falta de inseguridad frente al
crecimiento no controlado de sus ciudadanos, gracias a la prensa
sensacionalista y las redes sociales que aún no son reguladas.
Hoy tuvimos la visita de Daniel Urresti, ¡Y ayer también!, pero es que acaso en
alguna de esas visitas en vez de aconsejar a comerciantes ambulantes a que no
ocupen espacios públicos, labor que es netamente de un policía municipal, o en
vez de armar operativos en zonas de libre tránsito, hacerlo en los puntos
calientes ya identificados, el señor ministro se ha dignado acaso en conocer
los casos emblemáticos que aún están siendo investigados y que posiblemente se
archiven, no con injerencia al trabajo fiscal o judicial, sino con aportaciones
de sus unidades de investigación, de qué manera han ayudado e investigado y
¿cuáles son los resultados que hay?.
Acaso, Daniel Urresti, que no es una autoridad política elegida por las
mayorías, sino más bien un representante del gobierno de turno, se ha sentado a
coordinar y conversar con quien realmente corresponde, acaso es capaz de
mantener una conversación alturada y de colaboración a la seguridad ciudadana
con el Comité Provincial de Seguridad Ciudadana, porque no viene o es invitado
a esa reunión de miércoles, porque no va a la fiscalía y conoce a los fiscales
encargados de los casos emblemáticos y pone a su disposición la ayuda de los
policías especializados en criminalística, porque no se presenta ante la Corte
Superior de Justicia y les solicita a los magistrados una mayor severidad con
los denunciados por actos delincuenciales.
Porque el señor ministro del interior, no deja de realizar esos paseos de
político en campaña por las calles limpias y céntricas, y de una vez por todas
nos habla de un plan, de estrategias, y de la responsabilidad que tiene como
máxima autoridad policial de nuestro país.
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